JOAN FONTCUBERTA. Picasso y la fotografía

Vista general de la sala

Vista general de la sala

Lugar: Museo Picasso – Colección Eugenio Arias de Buitrago del Lozoya, Madrid
Organiza: Consejería de Cultura – Comunidad de Madrid
Del 9 de mayo al 23 de junio de 2017

Comisario: Sema D’Acosta

Una de las facetas menos conocidas de Joan Fontcuberta (Barcelona, 1955) es su labor como historiador e investigador de la fotografía del siglo XX, un territorio donde ha llevado a cabo proyectos de verdadero interés como Idas & Chaos. Trends in Spanish Photography 1920-1945 (presentada en el International Center of Photography en Nueva York en 1986 y en el Folkwang Museum de Essen el año siguiente) o La photographie espagnole d'après-guerre (inaugurada en el Palais de Beaux Arts de Bruselas en 1989).

En 1995, concibió la exposición El artista y la fotografía que pudo verse en Barcelona y luego itineró por Italia, Francia, Estados Unidos y Canadá. Esta muestra se centraba en las supuestas incursiones en el mundo de la fotografía por parte de Picasso, Miró, Dalí y Tàpies, los cuatro artistas españoles más importantes del siglo XX. Aparte de la pintura, su territorio común preferido, practicaron el grabado, la escultura, la cerámica; hicieron carteles, tapices, escenografía y vestuarios para obras de teatro. Por eso sorprendía la escasa atención prestada hasta entonces a su relación con la fotografía, uno de los medios con el cual más en deuda estaban la estética y la sensibilidad modernas, un hueco que Fontcuberta decide entonces restituir indagando posibles trabajos inéditos de cada uno de estos autores.

De entre los cuatro, la aportación de Picasso sobresalía especialmente. En particular, las dos series de litografías tituladas Diurnes (1962) y Nocturnes (1964), realizadas en colaboración con el fotógrafo André Villers. Juntos produjeron algo más de un centenar de originales, de los cuales seleccionaron una treintena para la edición de estas carpetas. De las pruebas desestimadas, obviamente, nunca más se supo. La gran sorpresa llegó cuando el crítico de arte del periódico La Depêche du Midi y profesor en la universidad de Aix-en-Provence Jean-Pierre d'Alcyr recuperó en los años noventa las imágenes olvidadas, diversos utensilios de laboratorio, dos sobres de papel fotográfico Agfa y un tercer sobre de papel fotográfico Mimosa. Estos sobres contenían las pruebas que no llegaron a utilizarse. Muchos tirajes están manchados o defectuosamente fijados; otros son versiones ligeramente distintas de las finalmente elegidas. Pero en su conjunto permiten analizar las fotografías de Diurnes (1962) y Nocturnes (1964) desde otra perspectiva: la que muestra no sólo los resultados terminados sino también todo el proceso de trabajo de Picasso y Villers, las sucesivas fases de selección, las dudas de los dos artistas y su compromiso final.

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